domingo, 12 de junio de 2011

Tu mano en mi pierna, mi frente en tu hombro. Suspiros entrecortados que se juntan en medio de la nada. Te muerdo una oreja. Levantas la vista. Te miro a los ojos, color whisky con cocacola y es que por esos ojos me haría alcohólica. Retiras tu mano de mi pierna y la pones en mi mejilla. Te ríes, me tumbo en la cama y tú te pones a mi lado. Te mueves y contigo el colchón, se lo que pretendes y ahora me río yo, siento tu peso encima de mi cuerpo. 



Y eso es la mejor sensación del mundo.